Detrás
de las ventanas negras
se escucha un sonido
parecido al frío.
Agudo y profundo.
Es tu voz madre,
que se aleja
y se disuelve
en la tierra que te acoge,
que se eleva
como una luz
hacia el cielo.
Es tu voz
crisálida esplendorosa
liberando
la esencia de tu alma
que recojo en mis manos.
Huérfana ya de ti
cruzo el océano
para besarte.
(la cruz de tus brazos abiertos como alas,
pájaros de luz al sol)