Nací con miedo a vivir.
Por eso me faltaba el aire y me ahogaba.
El esfuerzo por parirme y el mío por nacer,nos dejó exhaustas.
El cordón se cortó limpiamente.Me separaron del cálido vientre para recostarme
en el mecánico calor de una incubadora.
-"Mamá,mírame con tus dulces ojos grises".-
(donde despunta el amor y el miedo)
Llueve en el jardín de mi infancia.La niña de grandes ojos mira por la ventana.
Toda mi inocencia se va deslizando por el cristal,junto a las gotas.
Los duendes y las hadas de mi mundo me llevan por los cuentos hermosos de mi
fantasía.
La niña silenciosa en su refugio.
En el espacio infinito entre la ventana y sus pupilas.
(donde nadie puede entrar)
El camino a la escuela es un paisaje distinto cada vez.
La niña de uniforme se viste de princesa, y los edificios son colinas abiertas
a su paso.
Los príncipes enamorados se esconden tras los cristales de la mañana fría.
Las puertas del castillo encantando donde ella reina , se abren a su llegada y
el clarín de bienvenida que suena de pronto,se convierte en la sirena
estridente que llama a clase...
Dejo a mi princesa guardada entre las páginas de un libro y entro a clase.
(voy de la mano cálida de mi imaginación)
Las manos de mi padre huelen a maní.
Las trae escondidas en el abrigo de paño oscuro y cuando lo veo llegar del
trabajo,me cuelgo de su brazo,esperando que saque sus manos calentitas y me
deje olerlas para adivinar si ha vuelto despacio,comiendo con parsimonia los
maníes y me ha guardado alguno.
A veces me mira y me acaricia la cara sin decir nada.
Otras,su mirada severa me traspasa.
( la niña se queda quieta para hacerse invisible)
Mis hermanos y yo vamos a la escuela cruzando la vía.
Llueve,llueve y llueve...ese olor permanece aún en mi memoria.
La mañana se inunda entre truenos y relámpagos, y la niña lleva de la mano a
sus hermanos pequeños caminando ligero.
Bajo las capuchas,las caritas húmedas viven la aventura de intentar cruzar las
calles.
Al llegar a una esquina,el agua lo cubre todo. Hasta el borde de las aceras.
Entonces,uno a uno,los cruzo trepados a mi espalda,aferrados con las piernas a
mi cintura.
" Si me da fiebre,mamá,se quedará conmigo".
( el agua fría penetra súbitamente en los zapatos)
Daniel se acerca suavemente y la besa con cuidado.
La vela parpadea silenciosa y el pequeño desván se convierte en un
milagro...jugamos a ser grandes.
El rito se inicia cada vez que las miradas se encienden curiosas y a salvo de
testigos, entonces suben inquietos a la bohardilla oculta en el armario de la
casa.
Y nos tocamos las manos y no se atreven a mirarse,y nos besamos,y no saben
como.
Nuestras bocas urgentes se tantean y el placer líquido de sentir las lenguas
resbalando entre los labios nos enreda en el primer pulso sexual tan
conocido...tan extraño.
( ellos bajan en silencio. Sin mirarse.)
Cuando llega diciembre,el verano remueve perezoso mi ansiedad.
Mis pezones oscurecidos empiezan a humedecerse y mi abdomen se redondea armonioso
y exhuberante.
Tus amorosas manos me sostienen en este viaje a la vida.Nuestro abrazo,es un
delicado paréntesis,abarcando este corazón que late entre los dos.
Siente su cuerpo abrirse un amanecer,que por fin pone límite a la espera.
Y el dolor,la alegría,y el grito mezclándose con un pequeño llanto,cierra el
círculo.
(la tarde infinita,derrama luz por los rincones.)