Sostengo el negro sueño
en estos versos atronadores.
La palabra encendida
permanece intocable
con su etéreo fulgor.
Como los espejos
en los que a veces
me veo
y no reconozco
a la mujer
que me mira
desde esos ojos.
Soy mi propia imposibilidad,
mi refugio esencial.
Albergo los mismos fantasmas,
los que en la cima
del mundo poético,
deshacen mi yo
en materia invisible.
desde esos ojos.
Soy mi propia imposibilidad,
mi refugio esencial.
Albergo los mismos fantasmas,
los que en la cima
del mundo poético,
deshacen mi yo
en materia invisible.
(Imagen : Christian Schloe)