Y ambas, disfrutamos de ser por un momento esto. Mezclamos nuestros instintos,nuestros estilos,nuestras palabras en este viaje.
Gracias siempre AURORATRIS
Amor mío
Eres tú la que me penetra. Cuando tus ojos se sumergen con
delicia dentro de los míos, y sucumbo al placer de tu mirada.
Tú me penetras con tu nariz, hundiéndola en mi pecho como si
me inspiraras el alma.
Me penetra tu lengua que se desliza, abrazando a la mía
emulando un pequeño sexo moviéndose húmedo y caliente entre mis labios. Y tus
pechos tiernos, llenando mi boca catapultada al placer.
Eres tú la que penetra en mí con tu cabello, deslizándose
por todo mi cuerpo hasta rozar con insoportable deleite mis ingles.
Tu sudor es el que me penetra mientras resbalas por mi
cuerpo, tu saliva, invadiendo cada rincón. Es tu voz gimiendo en mis oídos,
aliento y sonido entrando sin remedio en cada célula.
Y tus piernas…apretándome contra ti. Tu boca engullendo mi
sexo, penetrando en mi temblor anticipado.
Es ese aroma perfecto que desprendes el que se mete sin
reparos en mi nariz mientras te huelo caliente y dispuesta impregnándome de ti.
Eres toda tú quien me penetra, quien se cuela como líquido
hirviente en mis venas palpitantes.
Tú en mi entraña más profunda. Tus ingles y tu sexo de
hembra ardiente derramando placer. Penetrándome. Sí. Penetrando en cada poro de
mi piel.
En cada latido de mi corazón. En mi alma penetrada por tu
luz.
Sí, tú.
Toda tú.
Amor mío.
Así acudo a tu llamada hundiéndome en la dilatación de tus
ojos cuando me encierran tus párpados, y enfrascada en tu aroma me dejo llevar
por los surcos de tu piel… recorrer cada poro por donde emana tu hombría y
penetrarte la rúbrica indeleble que de mí se escapa.
Hundir la húmeda e inquieta lengua que te busca y saborea
todo el cielo de tu boca… adherirme a la tuya, y así instar el fuego líquido
que hierve en las entrañas. Sacudirme el decoro cuando prisionero entre mis
piernas me venzo ofreciendo la carne sonrosada.
Rozarte con la levedad del deseo y erizar tu sexo que ya
despunta mi nombre y tal firmeza pinta aquelarres en los vértices henchidos de
placer.
Hundidos el uno en el otro…
ardiendo de pasión columpiarnos en el vértigo que da este aroma de nosotros, fragancia que
se intensifica contagiando el aire donde te ansío.
Y en el volcán de nuestros cuerpos prender la lluvia e
invocar el magma inmaculado que nos una y nos penetre.
Tú en mí… hundido en todos mis espacios con tu esencia de
hombre febril.
Sí, tú.
Yo en ti, penetrando cada pulsación que te pertenece.
Sí, yo.
Darnos en latidos todo nosotros.
© LUNAROJA & AURORATRIS