Al amanecer
brotó como un relámpago
toda la plenitud.
Había rayos atravesando
la lumbre.
El despertar del hombre.
El despertar
anuncia el esplendor divino,
toda el agua
derramándose por la frente de los hombres.
Se abren las espléndidas alas,
se verán los colores del ocaso
reflejados
en los ojos de los eternos.
En la magnífica luna,
en la magnífica noche
el cielo despliega la humilde mirada.
Mi centro es el firmamento azul.
Quiero volver ahí,
al ángel en esa tierra fértil.
Brota el manantial de pureza
entre los pastos de las colinas de todas las tierras
que se inclinan al paso
de lo sagrado.
Bebo de tu agua.
La que se vuelca
sobre mi frente afiebrada.
Mi centro es el firmamento azul.
Quiero volver ahí,
al ángel en esa tierra fértil.
Brota el manantial de pureza
entre los pastos de las colinas de todas las tierras
que se inclinan al paso
de lo sagrado.
Bebo de tu agua.
La que se vuelca
sobre mi frente afiebrada.
Déjame mirar lo que vendrá,
las preguntas serán respuestas
cuando el fin
de esta noche turbia llegue
y todo sea tierra
a punto de florecer.