El muerto en la calle
con el cuerpo ladeado
de manera imposible.
Un banco
Hace de féretro inmediato
y las miradas incrédulas
murmuran en voz baja.
Un muerto en la calle.
El súbito zarpazo
deja helado el gesto.
La mirada se pierde
más allá de la calle
y el pico afilado
de la muerte
horada sin piedad
la luz de la mañana.
Mayo,2012
"El súbito zarpazo".
ResponderEliminarUn poema rotundo, triste y helado.
Al final, se siente un leve calidez... quizá sea la despedida sonriente que irónicamente termina con la vida.
Buenos versos, un fuerte abrazo.
Gracias luigi...sabes como te comenté antes,que es una experiencia real,que me sucedió hace poco tiempo...muy estremecedora.
ResponderEliminarReal??
ResponderEliminarSí!!!real...hace unos 20 días,volvía de una caminata,y en un banco de la calle,estaba muerto,inclinado y uff..con los ojos como congelados..terrible...
ResponderEliminarQué horror! Diossss! Se te tiene que quedar el cuerpo revuelto durante una buena temporada después de eso. Buf... Muy bien plasmado.
ResponderEliminarGracias Ana..fue toda una sensación helada..así como te lo digo..sentí todo mi cuerpo enfriarse.
ResponderEliminarEs crudo. Igual que despertar cada mañana.
ResponderEliminarHay sol, brisa o tormenta...
No conocer el futuro es parte de nuestra esencia.
(...)
Y me gusta leerte, en cualquier caso. :)
De vez en cuando la muerte se deja ver para recordarnos que también forma parte del ciclo de la vida. Dura imagen, pero preciosa manera de expresarlo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias chicos..
ResponderEliminarson como ejercicios de soltar todo lo que uno va cargandose a las espaldas!
Muy bien expresado, luna. Lo que sí te deseo es que no se repita la experiencia.
ResponderEliminarUn besico.
Gracias Joaquin!
ResponderEliminarEncuentro muchos simbolismos en esta enigmática poesía. Todos estamos muertos. Y nuestro nacimiento es su propia confirmación.
ResponderEliminarMe encanta la poesía añeja. Es curioso, que es la única lejanía que se ve más nítida.
besos
Pues tienes razón,desde otra mirada es como dices. Desde que nacemos ya estamos en la cuenta atrás. Este poema en concreto es una experiencia vivida mientras caminaba por la calle, y vi a ese hombre solo en un banco,muerto,con la gente mirándolo sin que nadie se acercara. Tremendo. Un beso!
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