Un vestido amarillo
y un pájaro.
Y todo el silencio
rompiéndose
entre sombras
tendidas al sol.
Aire
que se queda quieto
como un verano
que nadie espera ya,
que no tiene color,
que inunda de perfume
la hora equivocada.
Impresionante... rotundo. Un poema que dibuja y plasma una sensación vital: el aire.
ResponderEliminarGracias Luigi querido!Fíjate por donde nos estamos reencontrando!
ResponderEliminarEl aire hace que nos elevemos y nos juntemos en forma de ojarascas otoñales... pero esas ya no mueren. Las horas equivocadas pasan y llegan otras... Felicidades por este blog tan íntimo y personal. Un besazo!!!
ResponderEliminarGracias Roser! me encantó tu comentario! Nos veremos por aquí mientras tanto!
EliminarPrecioso poema y precioso blog! Por aquí una más ;-)
ResponderEliminarAnita..qué alegría verte por aquí! Besos!
EliminarClaro, te pongo un enlace tuyo en mi blog...
ResponderEliminarBesos!