como un arma
de fuego liquido
se derrama
sobre mi vientre
convirtiendo
en lava
el fondo gélido
de mi entraña.
En mi corazón
hubo tanto silencio
que no puedo reconocer
el lugar
que habita el deseo.
La herida
se enciende
como un beso enceguecido
y la piel
sabe
deshacer el hechizo
y nombrarte.
Mi carne
diosa de fuego
preñada de oro
cuando la besas,
y tus muslos,
mapas de mi Universo.
(Imagen recogida en Google)

