Un viejo poema que acude ante mi ausencia de musas...
Nunca pensé
que tu luz se apagara.
No la luz de tu vida,
sino tu luz
en la mía.
Como fuiste desapareciendo
en la memoria
donde solo quedó
la pereza
y el mordisco de la duda.
Como reclamabas
las ganas
de tocarme
y decidiste no hacerlo.
Con tus hastiados dedos
(con tu impasible distancia),
lejos de la piel
que deseabas
y no rozaste nunca.
Como te quedaste
quieto en un rincón
queriendo
que yo lo fuera todo.
(queriendo que yo
lo diera todo)
Y aquí estoy
frente al espejo
mirando
la forma sagrada
de mi plenitud.
Desnuda
más allá de todo
lo que no quisiste ser.
Mi piel ardiente
brillando como nunca,
donde ya no llega tu mirada.
que tu luz se apagara.
No la luz de tu vida,
sino tu luz
en la mía.
Como fuiste desapareciendo
en la memoria
donde solo quedó
la pereza
y el mordisco de la duda.
Como reclamabas
las ganas
de tocarme
y decidiste no hacerlo.
Con tus hastiados dedos
(con tu impasible distancia),
lejos de la piel
que deseabas
y no rozaste nunca.
Como te quedaste
quieto en un rincón
queriendo
que yo lo fuera todo.
(queriendo que yo
lo diera todo)
Y aquí estoy
frente al espejo
mirando
la forma sagrada
de mi plenitud.
Desnuda
más allá de todo
lo que no quisiste ser.
Mi piel ardiente
brillando como nunca,
donde ya no llega tu mirada.