Datos personales

Mi foto
© 2012 http://elrincondelaluna-lunaroja.blogspot.com.es/

jueves, 20 de junio de 2013

El pasillo

Sentía esa presencia, cada vez que estaba a solas y en la oscuridad.
Era algo intangible, pero, que estaba presente, el silencio que atronaba mis oídos me ponía en guardia, y convertía en tortura el simple hecho de apagar la luz.
Desde que el clic del interruptor con su escueto chasquido me sumía en las sombras, apuraba mi paso para llegar cuanto antes al dormitorio, y entonces, en mi espalda, sentía un aire helado, una mirada extraña, algo que movía mi pelo o rozaba levemente mis muslos desnudos.
Tanteaba nuevamente la pared, buscando desesperada el siguiente interruptor para volver a encender la luz del pasillo, y entonces cuando todo se iluminaba, me sentía estúpida y cobarde.
Pero mi imaginación era más fuerte que toda la razón que yo me imponía en tener en cuenta.
Mi corazón galopaba en mi pecho ,como en una pesadilla, que lamentablemente no existía, porque yo estaba bien despierta.
Entonces respiraba tres o cuatro veces, me forzaba a tranquilizarme, y volvía por el pasillo hacia atrás, desandando el camino, y asegurándome que no había nadie.
Apagaba la luz, y corría apurada al dormitorio, tanteando las paredes como una ciega y acostándome asustada y tensa, intentando captar el menor sonido, la menor brisa extraña que rompiera mi frágil equilibrio.
Y no había nada.
Solo el atronador silencio en mis oídos.
Sentía los ojos fríos, como ese aliento a miedo , la brisa colándose por entre mis piernas, y el peso de alguien sentándose a los pies de mi cama. No siempre ,pero alguien hundía suavemente el colchón. Alguien me acompañaba y me miraba.
Cuando por fin lograba dormirme, me sumía en un sueño denso y pesado, que era como una muerte de la que no quería despertarme nunca.
Pero la mañana siempre llegaba y con ella, mis pesadillas de la noche anterior se diluían con la luz del día dejando el regusto amargo del terror. Algo o alguien había, una presencia, un movimiento diferente, algo en definitiva que durante el día perdía poder en mi mente, pero que desde que se hacía de noche ,se reactivaba, retroalimentando mi terror.
Me repetía hasta el cansancio que era yo la que generaba más miedo aún con mi propia adrenalina circulando enloquecida por mi sangre, y que no existía nada capaz de ponerme en ese estado. Pero como en un sueño recurrente, todo volvía a repetirse una vez más. Y esos ojos insomnes que me vigilaban se abrían casi fosforescentes en mi mente cada vez que se hacía de noche. No tenía más certeza que mi sensación, y nada se sostenía en la cordura.
Llegué a pensar que estaba loca, no me atrevía a hablar con nadie.- ¿Quién me iba a creer?- Lo había intentado con algunas personas de confianza, pero, ante la suspicacia y extrañeza de sus miradas, había desistido de seguir intentando buscar una respuesta que llegara desde afuera. La tendría que encontrar yo sola, y no sabía muy bien si quería hacerlo o no.

Por eso me sentí asfixiada hasta la exasperación entre el espanto y el alivio enloquecido, cuando al entrar en mi dormitorio, después de un fin de semana fuera de mi casa, vi en la cama perfectamente estirada ,como resaltaba a los pies ,la inconfundible y aterradora huella que deja alguien cuando se ha sentado y no ha alisado la manta al levantarse.


15 comentarios:

  1. Me encantan estas historias!!!! mira mira mira... los pelos de punta uffff. Fantástico, qué angustia he sentido por el pasillo...

    ResponderEliminar
  2. A veces lo siento..en serio..pero es que me conozco cuando empiezo a dar vueltas sobre las cosas..

    ResponderEliminar
  3. Hay... ya no podré conciliar el sueño...

    Besos mentales... =/

    ResponderEliminar
  4. El relato llega natural y fluido al lector, con un suceso que bien puede haberte ocurrido alguna vez (a mí me ha pasado mucho). Pero no es sino al final cuando se siente el miedo, y se queda en tu propio dormitorio.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Me recuerdas ese miedo que teníamos cuando eramos niños y nos cubríamos la cabeza con las sábanas para protegernos de monstruos horribles que nuestra desbordante imaginación creaba.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias por los comentarios,el caso es que escribir acerca del miedo,es muy revelador,porque como bien dice Funámbulus,te retrotrae a la infancia cuando imaginabas esas fantasías que te hacían tgemer a la oscuridad.

    ResponderEliminar
  7. wow luna, lo lei toda tensa, jajaja
    Me da la impresión que el que más o el que menos ha experimentado esa sensación,que no está sola, vaya!
    Serán los espíritus de nuestros seres queridos?
    Me gustó mucho.
    Besos.

    ResponderEliminar
  8. AY... AMIGA CUÁNTO MISTERIO, ME HA DADO ESCALOFRIOS. QUE BIEN QUE LO NARRAS, LA TRAMA MUY ATRAPANTE HASTA EL FIN. TE FELICITO.
    UN BESO GRANDE.

    ResponderEliminar
  9. Volver a leer esta entrada y volver a sentir la misma sensación de vértigo. Impresionante, Luni!!
    En algún momento de mi vida, yo también he sentido esa misma sensación de alguien ahí, me han tachado de loca o simplemente imaginaciones mías. Ahora sé que no.
    Un abrazo, Luni.

    ResponderEliminar
  10. ¡ Y qué bueno XD! me ha encantado. Eso de correr por un pasillo largo lo he ehcho muchas veces y ahora al leerlo sentía otra vez ese miedito de "notar" que alguien va detrás...¡ uuuufufffff!.Me gusta que en un realto corto cuentas tantas emociones.
    Un besazo, linda...Guaci.

    ResponderEliminar
  11. Gracias a todas!
    Realmente quise ponerle voz a mi miedo..sé que son cosas irracionales,pero, me parecía importante verlo escrito!
    gracias a todas!

    ResponderEliminar
  12. Muchacha. Hace mucho que no te leo. Me la paso dando vueltas y proyectando hacer mañana lo que luego no haré. Mis amigos dicen que ya no estoy aquí, puede.
    Todos tenemos fantasmas, corporizados o no. Son menos peligrosos cuando los ponemos en blanco y negro. Me gusta lo que escribes, te felicito.

    ResponderEliminar
  13. Hola querida amiga
    Los fantasmas de las penumbras siempre hacen sus apariciones, somos nosotros que los sentimos y es ahí cuando nos damos cuenta que no estamos solos. Yo tengo esas sensaciones.
    Besos

    ResponderEliminar
  14. Gracias a ambos por los comentarios..siempre es tan grato leerlos!

    ResponderEliminar
  15. Recuerdo haberte leído esta entrada y sentir exactamente lo mismito que he sentido hoy al releerlo.

    Los pelos como escarpias!

    ResponderEliminar