Hay caminos que pesan como si las piedras que señalan el sendero fueran lastres a nuestras espaldas.
Las huellas que dejamos empapadas en la tierra, nos conducen en silencio hacia la nada.
Desnudos, nuestros pies como lazarillos cansados, siguen guiando el camino que elegimos casi sin darnos cuenta.
Ciegos. Una vez más.
Ciegos, automáticos y muchas veces inconscientes. Precioso texto, Luni.
ResponderEliminarGracias Ana..era un trabajo de Ale_she ( una de mis locas) pero preferí dejarmelo como lunaroja..es más de ella,que de las locas!
ResponderEliminarSenderos tortuosos, caminos que no llevan a ningún sitio, pero avanzamos, siempre lo hacemos. Es muy bueno y muy real. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Auro! Un abrazo!
EliminarSí, caminó por la inercia. Rara vez sé adónde voy.
EliminarLunita, es triste y a la vez tranquilizador, hay un mecanismo dentro de nosotros que nos hace caminar. Caminar es positivo, o eso creo.
Levi querida..no te había leído! Gracias por estar..simplemente..
EliminarNadie dijo que el camino fuese fácil. Claro que hay muchos socavones en el camino, pero las huellas son nuestros objetivos y al final del camino, llegaremos a la meta donde nos encontraremos con la recompensa.
ResponderEliminarUn saludo.
NO te conozco,pero,te agradezco profundamente tu comentario...has sabido leer el mensaje!
EliminarLo sentí como si me hablara mi yo interno, me identifiqué mucho con él... es así... a diario vamos a veces a ciegas, si tropezaremos con algo diferente, nuevo o en el mismo sitio que ya tropezamos anteriormente y nos arriesgamos de nuevo a sabiendas que nos damos de bruces de lleno por caminos equivocados... pero hay que seguir caminando, levántandose, para seguir...
ResponderEliminarEn pocas palabras, dices tanto...
;-)
Exacto, de a poco vamos aprendiendo,aunque a veces las huellas se pierdan!
EliminarNo siempre ciegos. Muchas veces ocurre que ponemos el "piloto automático" (también es parecido).
ResponderEliminarBellas palabras.
Un abrazo.
Es cierto Joaki! tienes toda la razón-..
EliminarEl camino se convierte el laberinto. Hermosa metáfora. Me gusta leerlo.
ResponderEliminarabrazo